martes, 13 de octubre de 2015

Ensayo - La Noche Boca Arriba y El Sur

En este ensayo se analizará la doble muerte en La Noche Boca Arriba de Julio Cortázar y El Sur de Jorge Luis Borges, y el desdoblamiento de los protagonistas.
La Noche Boca Arriba se trata de un hombre que sale de su casa a la mañana y tiene un accidente en moto. Él es llevado al hospital donde lo atienden. A todo esto, el protagonista va teniendo una especie de sueños en los cuales él es un moteca que va a ser sacrificado.
El pasaje del mundo actual (el de la ciudad, con semáforos y motos, etc.) al mundo antiguo del moteca se genera a través de especies de desmayos ya que, desde el punto de vista del protagonista, el sueño viene de repente y él no recuerda ningún desmayo o algo similar:
“Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba con olores.” (Cortázar).
Esto sucede a lo largo de todo el relato, un salto de repente a otra realidad. Además, si se observa cómo está escrita la historia se puede observar cómo a medida que va soñando, la otra realidad se va convirtiendo en la verdadera realidad ya que, la primera vez se deja un espacio entre párrafo y párrafo, luego ese espacio ya no existe pero sí se dividen en párrafos; luego, a ambos mundos los divide un punto, y para el final el cambio de una realidad a otra ni siquiera se separa con un punto, ocurre en una misma oración:
“[…] apretó los párpados, gimiendo por despertar. Durante un segundo creyó que lo lograría, porque estaba otra vez inmóvil en la cama, a salvo del balanceo cabeza abajo, pero olía a muerte y cuando abrió los ojos vio la figura ensangrentada […].” (Cortázar).
Por otra parte, El Sur trata sobre un hombre de ascendencia alemana y gaucha, que debido a un golpe, contrae septicemia y debe ser internado. Luego, una vez curado, emprende un viaje en tren que, extrañamente finaliza en una parada anterior y sucede en un tiempo diferente, muy anterior que se sitúa en la época del Martín Fierro. Por lo tanto, el viaje al Sur es un viaje al pasado, al mundo literario que Dalhman no conoce a través de la experiencia sino a través de sus lecturas.
El pasaje del mundo del hospital al del  Martín Fierro se genera mediante el viaje en tren que el protagonista vive como un sueño, dándonos una pista de lo que puede ser lo que sucede en el tiempo que pasa en el mundo gauchesco:
“[…]  y todas estas cosas eran casuales, como sueños de la llanura.” (Borges).
Se puede decir que cuanto más al Sur viajaba más iba retrocediendo en el tiempo, desde que está en la ciudad con el gato, hasta la parada en la que se baja:
“[…] y Dalhman pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur.” (Borges).
En cuanto a la focalización, Cortázar narra su historia en tercera persona pero no omnisciente sino desde el punto de vista del protagonista. Este es el recurso que él utiliza para crear ambigüedad, el cual Borges no utiliza ya que, en su caso, la historia está narrada en tercera persona omnisciente.
Entonces, Borges utiliza otros recursos para generar ambigüedad como, por ejemplo, las anacrónias a la hora de emprender el viaje al pasado. Además, él recurre a pautas de lectura y anticipaciones como por ejemplo:
“A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos”, “El hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.”.
Estos son elementos que nos indican que algo va a suceder, que el hombre puede viajar en el tiempo, que la realidad no siempre sigue un orden.
Además de la focalización, Cortázar apela al uso de imágenes sensoriales. A medida que avanza la historia las pertenecientes al mundo moteca se vuelven más precisas y las del mundo moderno más inexactas. Esto da la pauta de que lo que creíamos una realidad se va transformando en un sueño, algo no claro. Pero lo que creíamos que era un sueño se va transformando en realidad, una realidad que se percibe a través de los sentidos, que indica que lo que forma parte de ese mundo deja de ser ficticio y pasa a ser más bien fáctico.
También, Cortázar utiliza las comparaciones que en un principio son por parte del hombre de ciudad, con sus conocimientos, pero para el final, cuando la transición se ha completado, el punto de vista es el del moteca con sus conocimientos:
“[…] con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas.” (Cortázar).
A esta altura de la historia, como dije anteriormente, el moteca describe a la mota y los semáforos como puede, con los conocimientos que posee.
Con respecto a los recursos literarios a los que apela Borges, además de las pautas de lectura, anacronismos, el campo semántico de lo onírico, anticipaciones y otros, hay una que comparte con Cortázar. Éste es el de la simetría, la simetría entre los dos mundos. En el caso de El Sur, cuando Juan pelea contra los del bar, aparece una analogía con la realidad del hospital (aguja-cuchillo):
“[…] en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja.” (Borges).
Esto mismo sucede en el cuento de Cortázar cuando lo que hace en el mundo moderno se replica en el moteca y viceversa (la cama y la piedra, por ejemplo):
“[…] saltó desesperado hacia adelante.
—Se va a caer de la cama— dijo el enfermo […].” (Cortázar).
El segundo recurso que utiliza Borges es el de los intertextos que aparecen en la historia: Martín Fierro que representa su linaje criollo y las Mil Y Una Noches que representa su ascendencia alemana.  Estos son fundamentales en la historia ya que al mundo donde viaja Juan Dalhman es igual al del Martín Fierro, inclusive dentro del bar está dentado el gaucho en una esquina. En lo que se refiere a las Mil Y Una Noches, es utilizada por el protagonista como el método de escape a otra realidad, a una ficcionaria. Además, este libro representa el infinito, la posibilidad de cambiar un destino a través de la ficción, de vivir tantas muertes como se sea capaz de imaginar.
Por último, el tercer recurso que aplica Borges es el uso de tiempos verbales y adverbios. Este recurso se observa en el final cuando se narra en pretérito pluscuamperfecto del Subjuntivo utilizado para indicar imposibilidad:
“Si hubiera podido […].” (Borges).
Mientras que el párrafo siguiente se apela al presente del Indicativo que expresa certeza:
“[…] sale a la llanura […].” (Borges).
Esto, la contradicción entre un hecho imposible y otro a la vez cierto es lo que genera ambigüedad.

En conclusión, para crear ambigüedad Cortázar recurre a la focalización mientras que Borges a muchos más recursos haciendo más rico el relato. Inclusive, el desdoblamiento de los protagonistas es diferente pero ambos crean realidades que no nos permiten saber cuál es la ficticia y cuál la “real”.